¿Estas leyendo esto porque hoy es uno de esos días que no puedes concentrarte? Continúa leyendo y cuando termines, deja lo que estés haciendo por donde estaba. Si, estas leyendo bien. Déjalo para el día siguiente o para dentro de unas horas.
Hay muchos factores que influyen en nuestra concentración, pero por experiencia sé que cuando opositas y pasas tantas horas delante de unos apuntes, el cerebro queda extremadamente cansado. ¿Y qué es lo que hace tu cerebro para que dejes de sufrir? Te para, y es así como aparece la maravillosa desconcentración, o como yo le llamo, la nube gris que no me deja comprender lo que estoy leyendo.
Si bien no soy experta en el tema de la psicología, sí puedo contar mi experiencia y contaros los síntomas que mi cuerpo ha tenido cuando he estado cansada. ¿Qué es lo que siento? Depende del día, pero normalmente siento que me arde la cabeza como si la tuviera en un horno o que literalmente voy a vomitar. Cuando llego a este punto digo STOP.
He hablado del punto de cuándo parar antes de hablar sobre cómo concentrarte porque, si tu cabeza ya ha llegado al límite, los trucos para concentrarse son inútiles.
Una vez dicho esto, os enumero las cosas que puedes hacer para mejorar la concentración:
1. APAGA EL MÓVIL y, si te tienta mucho, mételo en un cajón. Si no puedes apagarlo porque estés esperando una llamada urgente, ponlo en SONIDO y QUITA LOS DATOS, así te enterarás cuando te llamen pero no te distraes con Internet.
2. DESCANSA ENTRE TIEMPOS DE ESTUDIO. Como ya expliqué en otro post, lo ideal sería hacer pomodoros. En mi caso, hago periodos de 45 minutos estudiando y 15 descansando. Estira las piernas en cada descanso, ve por un café, ve un vídeo que te divierta, haz lo que sea pero DESCONECTA.
3. RESPETA LOS HORARIOS. La productividad es efectiva hasta un determinado número de horas. No pienses que por estudiar más horas eres más eficiente. Aplica la ley de Pareto: hacer el 80% de tus objetivos en el 20% del tiempo. En mi caso, no estudio más allá de 5 horas al día. En caso de que eche alguna hora más, es haciendo test, esquemas o algún encargo. Si algo he aprendido en la oposición es que estar sentada no significa ser productiva. Estar sentada y concentrada es eficiente, pero cuando falta la concentración, estás perdiendo el tiempo.
4. ESCUCHA A TU CUERPO. La naturaleza es sabia y nos manda señales a cada instante. Sabrás en qué momento puedes echar una gran jornada de estudio y en cuales otros debes parar antes de ponerte enfermo. Por ejemplo, si un día llevas 6 horas estudiando y empieza a dolerte la cabeza, tu cuerpo te está diciendo que pares y que necesitas descansar. Pero, ¿qué pasa si no le echamos cuenta y seguimos? Al día siguiente serás menos eficiente aún, porque irás acumulando el cansancio de cada día. Por eso es IMPRESCINDIBLE SABER CUÁNDO PARAR.
5. APARTA A UN LADO LOS PROBLEMAS. Esta es la más difícil, porque no la cumplo ni yo. Somos seres humanos y nuestra vida no es monótona, y es por eso que tendremos cambios de emociones mientras estudiamos. Un día podemos estar felices, otro tristes, otro melancólicos, otros preocupados. Aquí mi truco es pensar que mientras estudio estoy encerrada en una burbuja en la que no vale sentir emociones pero que, en cuanto termine mi trabajo, podré sentir todo lo que me plazca y, si puedo, solucionar los problemas que estén dentro de mi zona de control.
Y hasta aquí mis consejos. Os leo en comentarios y en Instagram.