La fuerza

 La oposición me ha hecho más fuerte.

Pero es que igual yo no quería hacerme tan fuerte.

No se ha tratado de una opción, sino de una obligación para poder seguir aquí.

Y no solo sigo aquí porque quiero, sino porque es tanto ya el tiempo invertido que no puedo dar marcha atrás a mitad del camino.

Porque si ahora me doy por vencida, sé que me arrepentiré el resto de mi vida.

Y no solo por el tiempo, sino por todo lo que he conseguido y todo lo que he hecho para poder llegar hasta donde estoy.

Por eso es curioso que la misma cosa que te quita las fuerzas, es la misma que la que te las da para seguir.

Así que rendirme no está entre mis planes.

✨✨✨

Opositar es durísimo

 Opositar es durísimo.

Es levantarte cada día a luchar por algo que no sabes si se cumplirá.

Es incertidumbre.

Es estar llena de miedos y aún así seguir.

Es sentir que tienes tu vida pausada mientras avanza la de los demás.

Es no tener dinero a pesar de levantarte a trabajar cada día.

Es constancia.

Es trabajo.

Es agotamiento físico y mental.

Es, en resumidas cuentas, apostarlo todo.

Pero opositar no es sacrificar momentos ni tampoco personas.

No es decir que no a esa amiga que llevas tiempo sin ver. 

Ni rechazar ese plan que tanta ilusión te hace. 

No es aislarte del mundo y no tener tiempo libre.

No es estudiar sin descanso y mucho menos sacrificar tu salud.

Opositar son muchas cosas. Pero al menos para mí no es privarme de vivir.

Cada cual que lo entienda a su manera 💫